¡Hola!
Aquí estamos, Aique y yo, después de dos semanas y casi una tercera. Han sido unos días muy intensos, con muchas emociones ya desde el primer momento. ¡Con un mes lejos ya nos había dado tiempo a echarlas de menos!
Llegamos a Ámsterdam cuando ya era de noche, ¡y ya había nieve y hielo por todas partes! La verdad es que a mí me ha encantado ver tanta nieve, hace unos paisajes preciosos. Lo único malo es que para la bici es un engorro. Por suerte aún no me he caído, pero los chicos de Salamanca que conocimos en Ámsterdam me han contado anécdotas de caídas bastante graciosas. La suerte es que es todo llano, por lo que no se cansa tanto.
Nieve por Nimega
Mi casa está a veinte minutos del instituto, y lo raro es que no había pasado por el centro hasta el fin de semana pasado. Normalmente, ellos viven en pueblos a las afueras, ¡y todo el mundo va al trabajo o al instituto en bici (a menos que vivan muy, muy lejos)! Nimega (Nijmegen en holandés, se pronuncia algo así como Naiméijen) me ha parecido muy bonita, y tuve la suerte de visitarla con el día más soleado que hemos tenido desde que he llegado. Con Ámsterdam tuvimos menos suerte, porque el mismo día que llegamos llovió, pero aún así me pareció preciosa.
Ámsterdam, nada más salir del tren
Ámsterdam desde los canales
Sobre la cultura... bueno, los que habéis conocido a Roos y Marieke os podréis imaginar un poco. Hay muchas más pieles claritas, muchos más pelos rubios (que, por lo que ellos me han contado, no lo llaman rubio hasta que es muy muy rubio) y gente muy muy alta. La hora es la misma que aquí, aunque oscurece mucho más temprano. He pillado el anochecer a las cuatro y pico de la tarde, volviendo del instituto cuando me tocaba quedarme a séptima hora. Allí las clases no tienen un horario fijo. De vez en cuando tienen clases libres, o empiezan a segunda hora; unos días terminan a quinta, otros a sexta, otros a séptima. Cuesta un poco acostumbrarse a los horarios por eso, y los primeros días fue un lío (y como el horario sigue cambiando mucho todavía lo es, aunque ahora que conozco un poco mejor el terreno no es tan complicado).
Y, como última sorpresa, ¡hace dos días ha vuelto a nevar! Se ha cubierto de nuevo todo y está precioso de nuevo, aunque con la nieve ha vuelto el frío. ¡Pero se sobrevive!